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Stankoven continúa rompiendo el sesgo

La altura es un atributo que con el paso del tiempo, aunque se trate de evitar, continúa teniendo un efecto en la valoración de los jugadores, pero está emergiendo otro chico que lucha por cambiar esta idea.

“You can’t teach height” es una frase muy recurrente a la hora de escoger talento joven mediante el Draft. Se le atribuye a Frank Layden, antiguo entrenador de los Utah Jazz en la NBA, si bien su frase más conocida para el público, en especial quien sigue de cerca el baloncesto americano, puede ser la de “no teníamos claro si era Stockton de la Universidad de Gonzaga o Gonzaga de la Universidad de Stockton”.

Con el nivel de información actual esto ya no debería suceder, pero la primera frase de este artículo la podemos aplicar también al Draft de la NHL como vigente, y es que la altura continúa siendo un sesgo importante a la hora de escoger talento, si bien poco a poco se tiene más en cuenta los skills y se cuenta con estadística avanzada y otros indicadores que ayudan a ver por encima de estos sesgos.

Tras su excelente paso por la AHL, el canadiense ha empezado a dejar su huella en la NHL

La frase representa la tendencia a escoger jugadores con atributos físicos superiores, como pueda ser la altura, la envergadura, por encima de sus capacidades técnicas por mucho que estas destaquen, asumiendo que su físico será un impedimento para que puedan seguir demostrando estas capacidades, a diferencia del físico. Puesto que esto sí son cosas que se pueden pulir y entrenar con el tiempo, mientras que la altura no. Este miedo, esta deducción a futuro, es que llevó a un chico de apenas 1’73 metros de altura pero con un potencial ofensivo y para marcar goles increíble, a salir escogido en la posición 47 del Draft de 2021 por los Dallas Stars. Hablamos de Logan Stankoven.

Stankoven | NHL.com

El enorme potencial ofensivo de Stankoven no era desconocido, todo el mundo lo tenía bien presente. La pena es que su carrera formativa estuvo afectada por la pandemia del COVID-19 y le tocó entrar al Draft desde una promoción que apenas disputó unos pocos partidos partidos, pero en su primera campaña completa con Kamloops en la WHL, se quedó muy cerca de poder superar el registro que ostenta Nolan Patrick de marcar más de 30 tantos con tan solo 16 años en esta competición. Marcó 29, para un total de 48 puntos en 59 partidos. También se quedó cerca esta temporada de ser nombrado ROY de la competición, pero ese honor fue destinado a Dylan Guenther. Pero con esos pocos duelos, una campaña muy prometedora y unas buenas actuaciones con Canadá, le tocaba defenderse ante las dudas sobre su altura, y su posible adaptación física a la competición profesional.

Dallas apostó por el talento de Stankoven en un Draft donde, mirando en perspectiva, se movieron realmente bien. Habían puesto inicialmente su atención en Wyatt Johnson, al que no se esperaba tan arriba de la posición que tenían en el Draft, así que bajaron posiciones, sumando elecciones. Del traspaso con Detroit sacaron la elección con la que escogieron a su objetivo en primera ronda, y se aseguraron un doble turno en segunda ronda para escoger, aprovechando ese miedo que todos tenían, a Logan Stankoven. Y con una de las elecciones recibidas de este acuerdo, al defensa ruso Artyom Grushnikov que muy recientemente han utilizado como asset para incorporar a Chris Tanev. Pero en ese momento habían creado una sociedad que podría estar en disposición de darles muchas alegrías. Y no sería la única sociedad que buscaron hacer con Stankoven, y es que la química es algo que se ha de crear a fuego lento, y en Dallas han sabido hacerlo bien desde abajo.

Stankoven en los Texas Stars | AHL.com

Pero antes de su estreno en la NHL, Stankoven se ha formado en la AHL donde, como no podía ser de otra manera, dejó su sello ofensivo. Aprovechó también este paso para empezar a cogerle el punto al aspecto físico, que era lo que más hacía dudar a los escépticos. Su estilo de juego ofensivo también le llevaba a tener que ponerse en situaciones donde los defensas le iban a buscar el contacto, haciendo valer su superioridad física. Pero no era algo que quisiera evitar, todo lo contrario, lo recibía con los brazos abiertos. Su entrenador en AHL lo resumía muy bien: “Lo que me gustó inmediatamente del juego de Logan es que no tiene miedo de terminar un golpe. No tiene miedo de recibir un golpe para hacer una jugada. Le gusta mantenerse firme (…). Estoy seguro de que la gente le ha dicho que es demasiado pequeño. Yo no soy uno de ellos”. Mientras se formaba en este aspecto, tuvo tiempo de hacer 57 puntos en 47 partidos, siendo el jugador rookie de la AHL con más puntos, y el segundo en la general de puntos, solo superado por su compañero de línea Mavrik Bourque.

En sus primeros compases como jugador NHL, ya suma 11 puntos en 13 partidos incluyendo una muy meritoria actuación con 2 tantos y 2 asistencias en el partido ante los San Jose Sharks que ganan en OT tras una remontada espectacular. La sociedad con Wyatt Johnston también se está fraguando, como se puede ver en el tanto ante los Avalanche, si bien no les sirvió para hacerse con la victoria en ese duelo. Ese remate rápido y efectivo, esa capacidad para encontrar la manera de marcar y su buena lectura del posicionamiento en OZ para que los jugadores con buen pase le surtan de pucks para rematar es la que puede hacer de Stankoven un jugador ofensivamente letal. Y otra cosa no, pero cada vez van entrando más jugadores cuya capacidad para leer defensas rivales y surtir buenos pases está muy desarrollada.

Este influjo de talento ofensivo joven también puede venirle bien a unos Stars que en los últimos años han ido creando una etiqueta de juego no-muy-divertido entre los aficionados, en especial por su esquema defensivo que genera un juego difícil para los rivales. Como todos los estilos, has de hacerlo bien para que funcione y tener a jugadores comprometidos para hacerlo, aunque visualmente no sea lo más bonito. Si da resultados, es que está bien, y más cuando vas cambiando de responsable en el banquillo. Tema interno más que personal y está bien, porque las elecciones suelen ser a unos años vista y está realmente bien tener un estilo interno para coger a jugadores que lo acojan, sin importar quien esté en el banquillo para cuando ellos lleguen. Stankoven también debe demostrar que abraza este estilo, pero si atendemos a quien habla de él tras entrenarle, no le supondrá un problema acoger un nuevo reto como este. Tiene buena lectura posicional y la defensa de Dallas requiere de tener muy buenos sentidos en este aspecto así que puede acoger bien este trabajo.

La altura sigue siendo un factor que pesa mucho a la hora de elegir en el draft

De todos modos, para la próxima promoción, empezamos a ver muy arriba a jugadores que destacan por tener buena altura. Además de ser muy buenos, claro está. Si cogemos como referencia el listado de NHL con los jugadores elegibles para la próxima promoción, nos tenemos que ir hasta el jugador 114 para encontrar a alguien que esté por debajo de los 5’10”, y aun así sería más alto que Stankoven ya que NHL lo pone con 5′8″. Para su misma altura nos tenemos que ir a Mac Swanson, actualmente en los Fargo Force de la USHL pero cuyos derechos en la WHL pertenecen precisamente a Kamloops, que ya tuvo a un talento de su misma altura. Y no solo entre los profesionales, si vemos los comentarios de la afición sobre Swanson, a pesar que le reconocen talento, se comentan las opciones de ser más alto y las posibles dificultades NHL por ello. Pero también nos recuerdan que ha habido más jugadores bajos con talento y que ello no tiene que ser un impedimento: “Swanson might just be the next Gaudreau. He is that good.

Stankoven en acción | ESPN

Va a ser difícil quitarse este sesgo porque todos buscan el perfil ideal. Talento acompañado de un físico prodigioso. La parte buena para los perfiles como Stankoven es que el juego está derivando más hacia el talento por encima del desgaste físico aunque las redes nos inunden con datos sobre los muchos minutos peleados que lleva Matt Rempe en su corta carrera. Cada vez se buscan defensas que tengan buen físico pero buscando más que patinen muy bien, que orienten bien la salida del puck, y que usen ese físico para cubrir líneas de pase y no para golpear. Ofensivamente, buenos pasadores, hábiles y creativos, que encuentren jugadas donde nadie las ve, que marquen de manera compulsiva, es una evolución donde el talento, de manera independiente a la altura, siempre tendrá espacio.

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