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Opinión

El Show del hockey hielo

El hockey hielo es un espectáculo de deporte. En muchos sentidos. Un deporte de equipo muy rápido, dinámico, con esfuerzos altos y constantes cambios en el hielo. Trabajo táctico y de habilidad de los jugadores. Para algunas culturas donde es un deporte predominante es todo un evento fuera del hielo, desde la previa hasta el 4º tiempo y que además genera mucho interés y dinero.

Pegar a gente a ver partidos de hockey hielo hace unos años no costaba mucho a pesar de ser un deporte bastante desconocido. Cuando era asiduo a las gradas era suficiente con explicar a los que me acompañaban las particularidades del reglamento, una de las mayores barreras de este deporte. El dinamismo del juego, la curiosidad y el buen ambiente en la pista hacía el resto y aunque el equipo local perdiera a los nuevos aficionados repetían. Muchos de ellos todavía hoy son asiduos todos los fines de semana. Es el mismo deporte aunque el nivel sea muy diferente y la emoción de verlo en directo hace el resto.

A nivel local (LNHH) no existe el nivel de la NHL obviamente, pero existe rivalidad por los títulos y mucho trabajo

Durante dos temporadas tuve la suerte de estar implicado en las transmisiones en catalán de la NHL en Esports3. Partidos enlatados al día siguiente de disputarse y reducidos a 1 hora y media para hacerlos digeribles. En alguna ocasión saltándonos alguna prórroga, pero haciendo un producto apto para el gran público deportivo más allá de los seguidores más fieles. Los más puristas pedían directos pero me consta que para muchos ayudó a rengancharse a la competición y podían seguir a una hora razonable una liga que si no es difícil ver por la diferencia horaria existente.

Vivir un partido como un evento es muy diferente en EEUU que en Europa

Una de las causas que he detectado durante los últimos años que parecen insalvables es el tiempo de duración de un partido de hockey hielo. Tres partes de 20 minutos a tiempo parado, con dos descansos de 15 minutos y quizás alguna prórroga es mucho tiempo para el aficionado novato. Para el público americano seguramente un tiempo ideal. El evento de ir a ver el partido, sea en el estadio o en casa, es todo un ritual de horas. Y bien normalizado. En familia, con amigos o solo, equiparse con la ropa de tu equipo y proveerte de alimentos más o menos saludables para pasar mucho rato viendo tu deporte favorito de forma regular.

En la liga española, en las pistas en las que se llena, que no son muchas, la gente hace cola a última hora para entrar en las pistas. No tenemos la cultura de ir con tiempo y hacer todo un evento al hecho de asistir al partido. Esta enorme diferencia cultural ayuda a entender la explotación comercial que los americanos hacen. Espectáculos en los descansos, detalles de entretenimiento para el público y unos recintos preparados para abastecer a los aficionados de refrescos y snacks que haga falta.

Jaca vs Nordic Vikings | Heraldo de Aragón

La normativa IIHF intenta acortar año tras año la duración del partido desde el reglamento, intentando agilizar faceoffs o minimizando interrupciones innecesarias del juego. Ya se sabe que la normativa americana es diferente y las interrupciones para pasar anuncios aún ralentizan más los partidos. Un choque frontal cultural, sobre todo.

Aquí se ha ido perdiendo la calma por hacerlo todo. Queremos las cosas de inmediato y consumimos podcasts y series de una hora máximo, que más ya cansa. Comida rápida y compras express. Impensable 3 horas de un deporte. Y si encima vas a una pista donde hace frío, no entiendes el reglamento y en ocasiones se cruzan los límites de lo que entiendes por buen comportamiento (peleas, insultos, etc) pues acabas por no volver.

Hoy en día cuesta mucho más que los jóvenes dejen de realizar sus actividades digitales de moda para ir in situ a un partido analógico. Aunque hay que decir que cuando se rompe la barrera de ir suele gustar y mucho

Los playoffs por la Stanley Cup a algunos nos cuesta ver los partidos enteros. Muchos aficionados debemos conformarnos con los highlights o ni eso, con el resultado. Y esperar algún corte en las redes sociales que nos recuerden la plasticidad y rapidez de nuestro magnífico deporte. Vivimos en la vorágine temporal constante de ir tarde a todas partes. No tenemos tiempo para nada que dure demasiado rato.

Debemos encontrar el momento para detener nuestro ritmo, darnos cuenta de que debemos hacer menos cosas pero más profundamente y tomarnos el tiempo necesario para saborearlas. Un espectáculo como el de la final de los playoffs por la Stanley cup debería ser obligatorio de ver por expertos y aficionados y merecería mucha más atención de nuestra parte, como evento único y que pierde fuerza una vez celebrado, a diferencia de cualquier serie que nos ponemos en la TV.

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