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Historia

La leyenda de Shane Doan, el capitán Coyote

El 19 de junio de 2017 queda ya en la historia como el día más polémico en la vida de los Arizona Coyotes. Y eso, cuando se habla de esta franquicia, es mucho decir. Aquella jornada de hace más de seis años, el club no le ofreció la posibilidad contractual de continuar una temporada más a un jugador sin el que nunca habían disputado una campaña, Shane Doan. Con 21 años de carrera a sus espaldas, el extremo derecho delegó la capitanía de Arizona en Oliver Ekman-Larsson.

Doan es el mejor jugador de la historia de los Coyotes, ya que posee casi todos los récords que un delantero puede tener en una franquicia. El atacante fue la cara del hockey en Arizona durante más de dos décadas y los aficionados se ven reflejados en su número 19, el único retirado por la entidad, cada vez que entran en el pabellón. La historia de Doan, como todas las demás, empieza en un draft, en su caso el de 1995.

El sheriff del desierto

Shane Doan, seleccionado séptimo absoluto por los Winnipeg Jets, anotó 17 puntos en su temporada de novato. Tras una campaña de debut complicada, el delantero canadiense acompañó a su club en un cambio a los aires áridos del desierto. Aquellos Jets se convirtieron en los Phoenix Coyotes y Doan se estableció en el curso 1999-00. En medio del cambio de milenio, el extremo derecho alcanzó la marca de los 20 goles por primera vez, algo que repetiría en 13 ocasiones, nueve de ellas consecutivas.

Shane Doan y su familia, durante la ceremonia de retirada de su número 19. Getty Images

Doan asumió la capitanía de los Coyotes antes del inicio de la temporada 2003-04. Con la ‘C’ mayúscula en el pecho, el delantero registró su plusmarca de puntos en un ejercicio de su corta carrera con 68. La cifra le valió para representar a Arizona en el partido de las estrellas por primera vez en su carrera. ‘Doaner’ continuó su crecimiento ofensivo y rompió el techo de los 30 tantos dos años más tarde, en el curso 2005-06, cuando se erigió definitivamente como líder del conjunto al aparecer en los 82 partidos regulares.

Los términos Arizona y hockey sobre hielo son antónimos. No obstante, la sempiterna presencia de Doan unió dos mundos a priori incompatibles. El capitán renovó su contrato en el Desierto por cinco años y un valor de 22,75 millones de dólares en 2007. Alentado por la confianza depositada en él, anotó su mejor marca de puntos el año siguiente con 78, de los que 50 fueron asistencias. El atacante canadiense dio continuidad a su buen estado de forma con una actuación más equilibrada en la temporada 2008-09, cuando terminó con 31 tantos y 42 pases de gol.

Siempre ahí: de la victoria a la reconstrucción

Después de una sequía de ocho años sin presenciar hockey de playoffs, los Coyotes regresaron a la postemporada en 2010. Arizona peleó unos cuartos de final que se llevaron los Detroit Red Wings en siete partidos. Doan anotó uno de los goles más icónicos de la historia de Arizona por su celebración, cuando las cámaras enfocaron al delantero gritándole al cristal mientras sonaba la sirena, que resonaba como un aullido. Un año más tarde, el equipo regresó a las eliminatorias y se enfrentó de nuevo a Detroit, aunque esta vez los Red Wings barrieron la serie.

Shane Doan saluda al público de Arizona tras anotar el punto número 930 de su carrera y superar la entonces plusmarca de los Coyotes. Getty Images

La brusca salida de los playoffs provocó cambios en la plantilla como la incorporación del portero Mike Smith, pieza clave en el ejercicio 2011-12. El primer curso de la nueva década es el mejor de la franquicia con el apodo de los Coyotes hasta la fecha. Liderado por Doan, el club sorteó a los Chicago Blackhawks y a los Nashville Predators para avanzar hasta la finales de la Conferencia Oeste. Allí, Arizona sucumbió ante los Los Angeles Kings en cinco partidos.

Hombre de una sola franquicia, desde los inicios en Winnipeg hasta la actualidad en Arizona

Desde aquella campaña, los Coyotes únicamente han vuelto una vez a la postemporada, en la 2019-20, temporada acortada por la pandemia de covid, cuando cayeron eliminados a las primeras de cambio. No obstante, hasta aquel 19 de junio de 2017, Shane Doan siempre estuvo ahí. El atacante siempre ha asegurado que permaneció en el equipo porque fue la franquicia (los Jets originales) que apostó por él en el draft. Esa extrema fidelidad, demostrada hacia una franquicia cambiante, irregular e instalada en un páramo sin tradición por el hockey, queda en la memoria, pero también en los libros.

El extremo derecho se retiró en el equipo de su vida con los récords más importantes a su nombre, entre ellos el de partidos jugados (1540), goles marcados (402), asistencias repartidas (570) y puntos registrados (972). Más allá de los números, Doan y su honestidad son el reflejo de una afición que ha visto a su equipo vagar por épocas complicadas, de bancarrota y en las que la entidad no tenía un hogar establecido. En definitiva, Shane Doan demostró al mundo que a hockey también se puede jugar en el desierto.

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