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El Hockey en la pantalla: Desayuno con Scot

Estamos en junio y, un año más, para celebrar el mes del Orgullo os traigo una reseña que relaciona hockey y temas LGTBQ+. En esta ocasión, una comedia canadiense de 2007 llamada Desayuno con Scot, una adaptación de un libro del mismo nombre escrito por Michael Downing.

La película, dirigida por Laurie Lynd, cuenta la historia de Eric McNally, jugador de los Leafs (de los que acumulan un buen puñado de PIM por partido) que se lesiona y ahora trabaja de comentarista en la tele. Eric valora mucho mantener su vida profesional separada de su vida privada, en la que convive con su novio, su antiguo abogado Sam (Ben Shenkman). Sin embargo, todo en su vida se tambalea cuando la exnovia del hermano de Sam, Billy, muere y le deja la custodia de su hijo de doce años (Noah Bernett) a Billy. Como Billy está fuera del país, Sam y Eric tendrán que ocuparse de Scot (así, con una T), un niño fan de los musicales y la Navidad (sí, es una película navideña, también; lo tiene todo).

Eric con una sudadera de los Leafs, haciendo de assistant coach del equipo infantil de Scot.
Escena de la peli | JUY

Lo primero que llama la atención de la película es cómo menciona equipos reales. En muchos casos, los equipos tienen que conceder licencias para este tipo de cosa, por eso muchas películas crean equipos falsos. En esta, los Leafs están muy presentes desde el principio. Además, se menciona a muchos jugadores reales (Joe Sakic, Wayne Gretzky).

– ¿Quién es ese?

– Wayne Gretzky.

– ¿Y ese quién es?

La verdad es que el hockey es una parte importante de la vida de Sam, aunque ya no pueda jugar, así que a lo largo de la película podemos ver escenas de partidos a varios niveles, los personajes ven partidos en la tele, van a patinar a sesiones públicas y practican en la calle. ¡Y muchos de los chistes que aparecen están relacionados con el deporte!

Además, aunque la película sea una comedia, trata temas serios y complicados relacionados con el hockey, como la homofobia a todos los niveles. Eric es un ejemplo perfecto del deportista que finge ser quién no es, que oculta parte de sí mismo detrás de una fachada violenta. Encontrarse con la personalidad abierta y sincera de Scot será todo un reto, incluso cuando Scot empieza a jugar al hockey.

En conclusión, es una película entretenida y divertida que tiene además mensajes bonitos sobre la amistad, la familia, no juzgar y ser uno mismo. Muy recomendada para pasar un buen rato, en especial en Navidad (nada me gusta más a mí que una buena peli navideña). No he podido localizarla en ninguna plataforma, ni siquiera para comprar, pero seguro que sois capaces de encontrarla, si os interesa 😉

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Fan de los Pittsburgh Penguins (y de las pelis malas sobre hockey).

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