Sang Tian (Chen Yao) sueña con entrar, como patinadora, en la prestigiosa universidad de deportes donde estudió su madre. A pesar de su habitual buena suerte, en esta ocasión fracasa y no consigue plaza en el programa de patinaje, por lo que, a la desesperada, decide hacerse pasar por chico y unirse al equipo de hockey. Allí coincidirá con Wen Bing (Darren Chen), un jugador buenísimo que ha mentido a su madre para poder jugar al hockey en vez de estudiar empresariales (además, es fan de los St. Louis Blues, aunque tiene cosas de tantos equipos en su cuarto que es difícil de asegurar).
Al compartir habitación con Wen Bing, Sang Tian tendrá que esforzarse por evitar que alguien descubra su secreto y por conseguir unir al equipo y ganar algún que otro partido. Todo esto, cómo no, mientras se enamora de Wen Bing. Además, hay todo un tropel de personajes secundarios con sus propias tramas románticas y de superación personal, desde compañeros de equipo a amigos de la infancia de los protagonistas, o incluso los profesores y entrenadores de la universidad.
Por otro lado, la serie trata también una problemática muy presente en el hockey ahora mismo: la falta de apoyo y opciones para las jugadoras. En la serie, Sang Tian se ve obligada a meterse en el equipo masculino, porque, directamente, la universidad no tiene equipo femenino. Por su parte, la entrenadora del equipo lleva años intentando que la universidad acepte iniciar un programa femenino, sin éxito. Se supone que es una de las mejores universidades de deporte del país, pero a nadie le extraña que no tenga equipo de hockey femenino.
En la vida real, la situación ha mejorado en los últimos años, sobre todo en Canadá y Estados Unidos, donde desde 2015 hay al menos una liga profesional que paga a sus jugadoras. Según Hailey Salvian, de The Athletic, habrá para finales de año otra (los conflictos en el mundo del hockey femenino en Norte América que llevan a la necesidad de tener dos ligas darían para tres o cuatro artículos más, la verdad). Sin embargo, es innegable que el deporte femenino sigue recibiendo mucho menos apoyo que el masculino a todos los niveles.
Aunque la serie trata el tema de manera un poco superficial, sigue siendo parte importante de la subtrama de algunos personajes y da para reflexionar.
Otro punto interesante es que, como ya comenté en mi artículo anterior (lo tenéis abajo de este texto), no es poco habitual que los países saquen alguna película o serie sobre hockey hielo poco antes o después de ser sede olímpica, ya sea para aprovechar el tirón de las Olimpiadas o para promover deportes que no tienen tantos seguidores allí. China no iba a ser menos y su apuesta antes de Beijing 2022 pareció ser esta serie de 24 episodios.
¿Funcionó? Según datos de la IIHF, China es un país de más de mil millones y medio de habitantes donde, sin embargo hay menos de 14,000 jugadores de hockey. Su equipo masculino está el 26º del mundo y el femenino el 16º (algo mejor que los españoles, que ocupan los puestos 32 y 24, respectivamente). De hecho, el equipo que sacó China al hielo en las Olimpiadas incluía muchísimos jugadores que ni siquiera eran chinos, pero que jugaban para el equipo de la KHL que hay en Pekín, el HC Kunlun Red Star. Aunque no tenga los datos para comparar con la situación antes de 2020, creo que podemos decir que al hockey le va a hacer falta más que esta serie para triunfar en el gigante asiático.
Pero ¿te ha gustado la serie o no?
Perdón por irme por los cerros de Úbeda. Vuelvo al tema. Esta serie, a pesar de ser casi una telenovela de tarde, tiene una valoración de 9,6/10 en Viki, la plataforma donde se puede ver con subtítulos en castellano. Si habéis leído mi anterior artículo, ya sabéis que me gustan las cosas un poco mamarrachas, así que he de admitir que me parece una valoración más que merecida.
La serie es bastante ridícula a ratos y no tengo muy claro que los guionistas supieran mucho de hockey (la entrenadora toma decisiones rarísimas, la verdad…), pero es muy divertida y te deja el corazón calentito. Además, las escenas en las que juegan al hockey son muy emocionantes. Nada como una buena secuencia de patines contra el hielo con música épica de fondo para tenerme a mí enganchada a la pantalla.
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