En el primer escalón de la National Hockey League (NHL), los cargos de los entrenadores pueden llegar a su fin con un simple racha de derrotas. Al son de este frenesí, Jared Bednar emerge como uno de los directores técnicos más respetados y estables de la liga. Conocido por guiar a los Colorado Avalanche a la tercera Stanley Cup en la historia de la franquicia, el camino de Bednar al éxito en el profesionalismo resulta poco convencional.
A diferencia de la mayoría de sus colegas, Bednar nunca jugó un partido en la NHL. Por contra, el canadiense forjó su identidad en las competitivas trincheras de las ligas menores de hockey, tanto en el hielo como en los banquillos, antes de escalar al máximo nivel. En la actualidad, Bednar representa un símbolo de persistencia, adaptabilidad e inteligencia para el deporte moderno.
La historia del canadiense desprende perseverancia y una excelencia silenciosa
Bednar, nacido en Yorkton, al sudeste de la provincia de Saskatchewan, dio sus primeros pasos en los juveniles de la Western Hockey League antes de embarcarse en una escarpada carrera como defensa en las divisiones inferiores, especialmente en la ECHL y en la American Hockey League (AHL). El canadiense fundamentaba su juego en el aspecto físico frente a la técnica y se llevó consigo el estilo una vez transitó hacia la táctica. Bednar comenzó su trayectoria como head coach en los South Carolina Stingrays – equipo de la ECHL para el que se había vestido de corto – y rápidamente se hizo un nombre. De hecho, en 2009 lideró al equipo de North Charleston a la Kelly Cup. Bednar ascendió entonces a la AHL, donde dirigió a los Lake Erie Monsters a la Calder Cup en 2016. El segundo hito de su corta carrera le granjeó una inesperada oportunidad en la NHL: entrenador de los Colorado Avalanche.
Del sótano a la cima
El inicio de Jared Bednar en Colorado supuso unos meses difíciles. El natural de Yorkton asumió las riendas de los Avalanche pocas semanas antes de que echara a rodar la temporada 2016-17, tras la abrupta dimisión de Patrick Roy. Con poco tiempo para implementar sus esquemas, el equipo tropezó y registró apenas 48 puntos – una de las peores campañas en la era del límite salarial. Pese al resultado, Colorado decidió contra pronóstico conservar su confianza en el canadiense. La decisión se convirtió en la primera fase de una profecía triunfal. Durante los siguientes cursos, Bednar encendió un cambio dramático. Los Avalanche se transformaron en uno de los equipos más dinámicos de la NHL e intercambiaron su papel en el sótano de la clasificación por el de aspirantes. Los esfuerzos del técnico vieron su recompensa en 2022, cuando Colorado se coronó campeón de la Copa después de un dominante paso por las eliminatorias que culminó con la derrota de los Tampa Bay Lightining.
Bajo la batuta de Bednar, los Avalanche desarrollaron una identidad singular construida en base a la velocidad, la posesión del puck y una presión ofensiva ininterrumpida. Los sistemas del canadiense se centran en los contraataques rápidos, la agresividad y un compromiso defensivo sin sacrificar la creatividad. Las principales estrellas del club – Nathan MacKinnon, Cale Makar y Mikko Rantanen – florecieron con su liderazgo; no sólo por su talento, sino también por la estructura proporcionada por el head coach. El comportamiento calmado, la claridad y la capacidad comunicativa de Bednar favorecieron su relación con los jugadores. Asimismo, el técnico abrazó el dato y no tuvo miedo en realizar cambios en las alineaciones con diseños a menudo hechos a medida para jugar con ventaja y explotar las debilidades de cada oponente.
Un estilo equilibrado
Estilísticamente, los conjuntos de Jared Bednar destacan por su equilibrio. Lejos de los entrenadores que se decantan por la defensa o el ataque, el canadiense encontró una manera de combinarlas. El enfoque de Bednar se centra en controlar el puck, reducir la dependencia de perseguirlo y liberar a sus defensas para activarlos ofensivamente. El esquema no sólo encajó en los Avalanche, sino que también se vio reflejado en una corriente estratégica que se extendió a través de la NHL. Sus jugadores hablan a menudo en positivo acerca de la preparación y la versatilidad del natural de Yorkton; realiza ajustes durante el partido sin inmutarse e instala una cultura en el vestuario que valora la responsabilidad y la resiliencia. Aunque no se encuentre entre los técnicos más carismáticos de la liga, sus equipos brillan por su entretenimiento y eficacia.
Bednar, ahora el head coach más ganador en la historia de Colorado, ha solidificado su legado en Denver y en la familia de entrenadores de la NHL. La historia del canadiense desprende perseverancia y una excelencia silenciosa – un técnico que se ha ganado su lugar en la cima y ha demostrado que el éxito no se limita a aquellos que también fueron estrellas como jugadores. La etapa del natural de Saskatchewan en los Avalanche, todavía aspirantes y con un núcleo prácticamente intacto, tiene visos de continuar en el medio plazo. Mientras la liga no detiene su evolución, tampoco lo hace Jared Bednar, un entrenador ganador y representativo del hockey contemporáneo.
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