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Historia

Sin término medio: John Tortorella, el divisivo entrenador marcó a fuego a los Blue Jackets

John Tortorella. Getty Images

Polarizante e indeleble; John Tortorella dejará, una vez se retire definitivamente del hockey profesional, una marca imborrable en la historia contemporánea de la National Hockey League (NHL).

Tortorella, mediante su característica franqueza, sus feroces ruedas de prensa y una incansable demanda de esfuerzo, representa una figura tanto reconocible como polémica dentro de la liga. No obstante, más allá de las declaraciones reside un entrenador que exprime sus equipos, moldea identidades en mercados a menudo olvidados y genera un impacto inequívoco en cada etapa de su carrera. El trayecto del técnico estadounidense a lo largo de la competición – de una Stanley Cup en Tampa Bay a su trabajo revolucionario en Columbus – desvela a un head coach que, sin término medio, siempre ha suscitado una generosa atención.

El técnico estadounidense representa una figura tanto reconocible como polémica dentro de la liga

Tortorella comenzó su carrera en los banquillos de la NHL de la mano de los Tampa Bay Lightning en el año 2000, después de diversos periodos como ayudante en los Phoenix Coyotes – después y hasta 2024 Arizona Coyotes – en los Buffalo Sabres y en los New York Rangers, a quienes dirigió en cuatro partidos como interino al cierre de la temporada 1999-00. En su cuarta campaña al mando del Lightning, el natural de Boston alcanzó la gloria y guio al equipo – con nombres propios como Martin St. Louis, Vincent Lecavalier o Brad Richards – hasta la primera Copa de su historia. El cargo de Tortorella en Florida terminó en 2008. A partir de ahí, el norteamericano asumió las riendas de los Rangers de 2009 a 2013 y tuvo un paso tumultuoso por los Vancouver Canucks en el curso siguiente. Entonces, llegó un sexenio inolvidable en Ohio.

Un impacto profundo

John Tortorella aterrizó en los Columbus Blue Jackets en un momento delicado. El equipo había perdido los primeros siete partidos del ejercicio bajo la batuta de Todd Richards. Sin una identidad clara; durante las siguientes seis temporadas se produjo una auténtica transformación cultural. ‘Torts’ instaló un sistema duro y defensivo, sustentado en la estructura, la ética de trabajo y el sacrificio propio. Con su liderazgo, los Blue Jackets alcanzaron los playoffs durante cuatro campañas consecutivas – de 2017 a 2020 -, mejor racha de la franquicia. El punto álgido llegó en las eliminatorias de 2019, cuando Columbus, como octavo cabeza de serie en la Conferencia Este, sorprendió al deporte al barrer a Tampa Bay y sus 62 victorias regulares en la primera ronda. El momento no sólo entró en la historia de la postemporada de la liga, sino que definió a la organización a través de Tortorella, sus creeancias y su preparación.

John Tortorella, en los Tampa Bay Lightning, habla en rueda de prensa después del Game 5 de los cuartos de final de 2006 | Getty Images

La etapa del estadounidense en Columbus consolidó asimismo su legado por encima del arquetipo de motivador. Tortorella alimentó el desarrollo de jóvenes estrellas como Zach Werenski, Pierre-Luc Dubois y Seth Jones; a la vez, el entrenador en jefe se apoyó en veteranos de la talla de Cam Atkinson o Nick Foligno. El técnico mantuvo la competitividad en el conjunto pese a las transformaciones en la plantilla y la salida de piezas clave, incluidos Artemi Panarin y Sergei Bobrovsky. Tortorella se marchó en 2021 como el head coach con más triunfos (227) en la corta historia de la franquicia. Además, su sentido del orgullo y su profesionalismo resuena todavía en la actualidad.

El equipo sobre el individuo

Estilísticamente, John Tortorella nunca ha escondido lo que valora: disciplina, el bloqueo del disparo, la responsabilidad defensiva y un esfuerzo incansable. Sus equipos se reflejan a menudo en su intensidad, trabajo y compromiso con un sistema. El rígido entrenador se ha granjeado multitud de críticas a lo largo de su trayectoria. Mientras que sus detractores critican que su enfoque limita la creatividad en ataque, particularmente para los jugadores de primer nivel, sus seguidores alaban su capacidad de elevar plantillas modestas al escalón de los playoffs. Por otra lado, la relación de Tortorella con las estrellas ha experimentado altibajos, pero siempre ha priorizado el conjunto sobre el individuo y sus jugadores – especialmente aquellos que compran su discurso – hablan generalmente de él con un profundo respeto. Puede que las maneras del estadounidense no encajen con todo el mundo; pese a ello, se ha mantenido inflexible y ha producido resultados en una época cada vez más definida por los datos.

Tortorella, en los Columbus Blue Jackets, alecciona a sus jugadores durante un partido ante los Detroit Red Wings en 2019 | Getty Images

La carrera de Tortorella supone un estudio de contrastes: volátil aunque estricto; tradicional aunque decisivo en la NHL moderna. El técnico ha chocado con general managers, ha sentado en el banquillo a grandes jugadores y se ha viralizado por sus diatribas posteriores a los encuentros. No obstante, el bostoniano ha levantado una Stanley Cup, ayudó a poner Columbus en el mapa del deporte, ha ganado dos veces el premio a entrenador del año y continúa en activo a sus 66 años – al menos hasta marzo de 2025, cuando fue despedido por los Philadelphia Flyers. Proceda o no con su carrera de aquí en adelante, el legado de John Tortorella está bien fijado como un head coach que lo pide todo y, así, consigue que sus equipos compitan por encima de todo.

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