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Historia

Los presidentes de la NHL (V): Gil Stein

Su mandato fue el más corto entre todos los presidentes de la liga, pero no se conformó con ser un mero enlace entre su antecesor, John Ziegler jr. y el futuro comisionado Gary Bettman.

En junio de 1992 John Ziegler jr. abandonaba la presidencia de la NHL debido a la presión de los propietarios de los equipos que le reprochaban las condiciones en las que se había firmado la prórroga del convenio colectivo tras la huelga de jugadores en la parte final de la temporada regular. Convencidos de que había llegado el momento de que la cabeza de la liga debía tener más fuerza, se decidió pasar de la figura de presidente, que actuaba más como un coordinador y supervisor de las actividades diarias de la liga a la de comisionado, que no solo sería la cara de la NHL si no que como más alto ejecutivo de la misma, tendría poder de decisión y ejecución, pero la liga no podía quedar descabezada, y menos en un momento en que esta carecía de fortaleza.

Como vicepresidente en el equipo de Ziegler, Stein se convirtió en la opción más lógica para tomar el sillón de presidente de forma interina

Los propietarios optaron por colocar en la presidencia, aunque de manera interina al segundo del presidente destituido, Gilbert “Gil” Stein que había ocupado los cargos de consejero y vicepresidente de la NHL durante el mandato de Ziegler.

Gil Stein | NHL.com

Un largo camino el recorrido por el nativo de Filadelfia, nacido en 1928 sus estudios de derecho le encaminaron en el inicio de su carrera profesional al servicio público, trabajando como adjunto al fiscal del distrito de Filadelfia y posteriormente en el departamento de vivienda y relaciones laborales. Tras esta etapa de servicio público se incorporó a la actividad privada del derecho en un bufete, hasta llegar a su etapa como ejecutivo en el hockey.

El baloncesto, su primer amor

Aunque el hockey sería el deporte que marcaría su vida, el baloncesto fue el deporte que levantó sus primeras pasiones, jugando en el equipo del ejército de tierra, e incluso, una vez que empezó a ejercer en el ámbito privado como abogado y mientras trabajaba en Boston, ejerció labores de ojeador para los Philadelphia Warriors (hoy Golden State Warriors), analizando los partidos de los Celtics. De vuelta a Filadelfia, acudía de manera regular a los partidos de la nueva franquicia NBA en la ciudad del amor fraterno, los 76ers. En 1967, los Philadelphia Flyers llegaban en la primera expansión de la NHL y Stein empezó a acudir a los partidos de ambos equipos en esa temporada inaugural y en apenas tres o cuatro semanas acabó convirtiéndose en un apasionado del hockey dejando atrás el baloncesto.

La llegada de los Flyers a Filadelfia cambiaría su relación con el deporte para siempre

En 1972 Ed Snider, el entonces propietario de los Flyers, le ofrece la posición de consejero general del equipo, ascendiendo en una de las épocas más gloriosas de la franquicia dentro del organigrama hasta la vicepresidencia ejecutiva y jefe de operaciones. Curiosamente, a pesar de ser ejecutivo, en más de una ocasión tuvo que sacar su maletín de abogado para evitar que los desmanes de los Broad Street Bullies les salieran caros en los tribunales.

Stein (tercero desde la izquierda en la fila superior) en la foto de equipo de los Flyers de 1976, finalistas de la Stanley Cup | Historic Philadelphia USA.

John Ziegler jr., llega a la presidencia de la liga en 1977 y lo incluye en su equipo pasando de ejecutivo de franquicia a gestor de la liga.

Más que una presidencia testimonial

Stein | CBC

Su nombramiento como presidente llevaba en principio la etiqueta de interino, aunque tres meses después, septiembre de 1992, eliminó dicha etiqueta convirtiéndose en presidente a todos los efectos. Stein apretado por las necesidades de la liga, desde el segundo número uno, se lanzó a intentar cerrar el máximo de vías de agua y algún que otro proyecto ambicioso que le diera mayor proyección a la liga. No solo el bien común alimentaba su trabajo, en el fondo también se hallaba presente el mostrar méritos suficientes como para que los propietarios pensaran en él para sucederse a sí mismo como comisionado.

Su primer gran golpe fue la reconducción del tema de los derechos televisivos, que bajo el mandato de Ziegler se habían vuelto paupérrimos tras el mal contrato con American Sports Channel y recuperó la relación con la operadora de cable ESPN y la generalista ABC, pasando de los 5,5 a los 80 millones de dólares anuales, aumentando además la presencia en las pantallas de televisión de la NHL que había estancado su crecimiento.

Negoció un nuevo contrato televisivo que aumentaba los ingresos de los equipos y volvía a los propietarios menos vulnerables en una negociación laboral con los jugadores

También es responsable de las primeras negociaciones para llevar a los profesionales de la NHL al torneo olímpico de hockey con miras a hacer la NHL más popular en Europa. Ambicioso en su plan, intentó que los juegos de Lillehammer 1994 ya contaran con profesionales de la NHL pero con el torneo a la vuelta de la esquina (menos de año y medio) había temas difíciles de resolver con tanta premura. Asumió en persona las decisiones disciplinarias de la liga, cambiando la política de partidos de sanción por días de suspensión que dejaban a los jugadores castigados también fuera de los entrenamientos y resto de interacciones con el equipo como parte de la sanción.

Salida con polémica

Abrió las puertas de la liga a los Mighty Ducks of Anaheim y Florida Panthers. Un hecho que podría ser una etapa más dentro del crecimiento de la liga, en realidad ocultaba que la liga seguía débil económicamente. Las respectivas cuotas de entrada garantizadas por el respaldo de dos personajes con el bolsillo lleno de dólares en esa época, Michael Eisner, director ejecutivo de Disney y Wayne Huizenga, propietario de la entonces omnipresente cadena de videoclubes Blockbuster era un cebo demasiado goloso como para desviar la mirada hacia otro lado y mantener la promesa hecha a los Tampa Bay Lightning de que no tendrían competencia en su estado hasta 1996.

El dinero de Disney y Blockbuster fueron el detonante de una expansión de la NHL en 1992 que se había prometido paralizar hasta 1996

No fue problema ignorar las quejas de Phil Esposito, fundador de los Bolts, la juventud de la franquicia le impedía ejercer presión o represalia alguna, otra cosa era Bruce McNall, propietario de una franquicia ya consolidada y en un primer mercado televisivo como Los Angeles Kings. Aunque aliado de Stein, veía sus intereses económicos mermados pasando a compartir mercado con los Mighty Ducks, así que se le conformó con la mitad del dinero que los de Anaheim pagaron por su entrada en la liga. En diciembre de 1992, Gary Bettman acababa con sus esperanzas de convertirse en comisionado, curiosamente otro hombre que venía del baloncesto, al ser elegido por el consejo de gobernadores de la NHL para el puesto. Convivirían en un ambiente de colaboración hasta la salida de Stein de la presidencia, que se fijó para el 1 de julio de 1993 con la temporada ya del todo finalizada.

Bruce McNall (izq) y Gil Stein (der), flanquean a Gary Bettman el día de su elección como comisionado de la NHL | Globe and Mail

Podría haberse dejado llevar hasta esa fecha pero utilizó el periodo final de su presidencia para buscar su entrada en el Salón de la fama del hockey, un objetivo en principio legítimo, pero desde la presidencia cambió las reglas de selección de candidatos y de voto de los mismos, siendo él mismo el primer beneficiado de dichos cambios.

Las acciones arriesgadas tienen un precio, y finalmente acabó por ser alcanzado por la polémica e incluso por el escándalo dejando una mancha en su hoja de servicios

Las acusaciones de que había manipulado el proceso en su favor no tardaron en llegar, lo que obligó a Bettman a nombrar a dos abogados como investigadores independientes para determinar la certeza de esas denuncias. Dichos investigadores establecieron que aunque Stein no había violado ninguna ley ni norma interna de la liga, si que había dirigido el cambio de normas para lograr su elección. Aunque Bruce McNall además de amigo de Stein era presidente del consejo de gobernadores de la NHL, ni Gary Bettman hicieron presión pública alguna, Gil Stein renunció a su entrada en el gran templo del hockey.

Esa renuncia a tiempo evitando que el escándalo fuese a más recibió como recompensa el nombramiento de Stein como consejero del comisionado y finalmente dejaría la NHL para volver a la administración pública y como puestos destacados trabajar en la comisión de inteligencia del senado estadounidense y la comisión presidencial que estudió las armas de destrucción masiva entre 1998 y 1999.

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