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Historia

La otra cara de la moneda: los Washington Capitals de la 2017/18

Hace dos semanas hablamos de los Vegas Golden Knights y su temporada de expansión casi perfecta en la 2017/18. Si hacéis memoria, os acordaréis de qué escollo no pudieron superar en la final de la Stanley Cup. El equipo que venció aquella Copa tuvo, al contrario que su rival, una campaña de expansión desastrosa. El destino de las franquicias quiso ligarlas de esta manera hace unos años. Por eso, los Washington Capitals son la otra cara de la moneda.

El sufrimiento era algo habitual para los Capitals. En la temporada 2016/17, los Caps dominaron una vez más el curso regular. Terminaron con un registro de 55-19-8, ganaron el trofeo del Presidente y, además, superaron en 16 puntos a los Pittsburgh Penguins, segundos en la división Metropolitana. Desafortunadamente, como era tradición, los Capitals fueron eliminados por sus rivales de sector, y eventuales campeones, en seis partidos en la segunda ronda.

Braden Holtby, portero de los Washington Capitals, en un partido de la final por la Stanley Cup en 2018. Getty Images

La mayoría de la plantilla de los Capitals permaneció sin variaciones en verano, con las renovaciones de T.J. Oshie, Dmitry Orlov, Evgeny Kuznetsov, Brett Connolly y Andre Burakovsky. Sobre el papel, parecía que los Capitals habían perdido más de lo que habían ganado de cara a la campaña 2017/18.

Nate Schmidt aterrizó en las Vegas a través del draft de expansión, Karl Alzner abandonó el barco para unirse a los Montreal Canadiens porque quería “ganar” y el también defensa Kevin Shattenkirk se incorporó a los New York Rangers. El delantero Justin Williams volvió a los Carolina Hurricanes para liberar espacio salarial y se convirtió en el último agujero a rellenar en el equipo capitalino. Devante Smith-Pelly, descarte de los New Jersey Devils y fichaje poco mediático, suplió las bajas y demostró su valía con goles decisivos.

Los Capitals mantuvieron su fortaleza en el ejercicio regular y volvieron de nuevo a la cima de su competitiva división con un registro de 49-26-7. Un lapsus de forma a mediados de la temporada hizo peligrar su posición cuando la defensa comenzó a sufrir y Braden Holtby completó los peores encuentros de su carrera entre los palos.

De hecho, la remontada de los Caps llevó la firma, en gran medida, del cancerbero suplente, Philipp Grubauer. El guardameta alemán asumió la portería en 35 ocasiones, 28 de ellas como titular, y salvó al equipo en varias ocasiones durante el curso. El principal problema de los Caps residió en mantener el ritmo competitivo a lo largo de los 60 minutos y perdieron diversos partidos en el tercer periodo o en la prórroga. La debilidad en los equipos especiales, así como las otras, se solucionó a partir de los ajustes introducidos por Barry Trotz y, a punto para los playoffs, Washington funcionaba a pleno rendimiento.

Los Washington Capitals apostaron por la continuidad y tuvieron recompensa

Ávido de hockey y con el depósito a buen nivel pese a su edad y las críticas, Alex Ovechkin anotó 49 goles en la campaña regular. El capitán de los Capitals lideró la liga en tantos y alcanzó los 600 en su carrera. Detrás de la brillante estrella soviética, Kuznetsov y Nicklas Backstrom elevaron al cuadro capitalino con sus goles y puntos. Oshie, que regresó de una lesión, y Tom Wilson,a su mejor nivel, redondearon un sexteto inicial formidable.

Ninguno de los partidos de playoff de los Capitals resultó sencillo. Los Columbus Blue Jackets remontaron para ganar los dos primeros partidos de la ronda inicial. Grubauer no aguantó la presión y Holtby asumió su lugar. Sergei Bobrovsky, junto con las buenas actuaciones del fondo de armario de Columbus, llevó cuatro de los seis encuentro al tiempo adicional. Uno quedó como el partido más largo en la historia de la franquicia. Pese a la intensidad de ambas escuadras, Washington demostró su superioridad en el sexto choque para llevarse la serie.

La segunda ronda ante los Penguins representaba el no va más para los Caps, y probablemente era la más decisiva para reescribir su estéril historia como franquicia. Con la moral alta tras la dura victoria en la primera eliminatoria, los Capitals progresaron a la final de conferencia por primera vez en 20 años. Ovechkin y Kuznetsov, en forma, marcaron tres goles cada uno. Lars Eller y Jakub Vrana dieron también un paso adelante. Finalmente, Pittsburgh cometió más errores, no aprovechó sus oportunidades y sufrió a la hora de detener los contraataques rivales. Washington supo castigar y cerró la serie en seis encuentros.

La maldición había caído. Aunque no eran favoritos ante el incipiente proyecto de los Tampa Bay Lightning, los Caps afrontaron la serie con confianza. No obstante, su mayor desgaste respecto al Lightning y una falta de disciplina derivada de lo primero llevó la eliminatoria al límite. En el séptimo y decisivo, los capitalinos volvieron a desobedecer las probabilidades para ganar la serie.

Alex Ovechkin, delantero de los Capitals, en un partido de la final por la Stanley Cup en 2018. Getty Images

En la final de la Stanley Cup esperaban los Golden Knights, que batieron todos los récords como conjunto de expansión. Tanto Washington como Vegas habían superado las expectativas y pisaban territorio desconocido. En el primer partido, los Knights sorprendieron a los Capitals, pero Holtby sacó su mejor versión y los Caps trabajaron para vencer los próximos cuatro y hacer su sueño realidad.

Los Washington Capitals apostaron por la continuidad y tuvieron recompensa. El equipo, sin grandes cambios en su plantilla, dejó atrás los años de dolorosos fracasos y se concentraron en, simplemente, ganar. Cada jugador dio un paso adelante y relevó peso de los hombros del capital y capitán Ovechkin, que utilizó esa fuerza liberada para aupar la Copa a lo más alto.

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