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Opinión

El uso de fármacos y otras sustancias en la NHL

Creciendo en la época de finales de los 90 y principio de los 2000, recuerdo todos aquellos anuncios sobre los accidentes de tráfico, las enfermedades de transmisión sexual y quizás un poco más lejana, pero no por ello menos importante, el uso de sustancias ilegales y lo prohibidas que estaban: las drogas

Estás drogas se consumen por distintas causas, y una de ellas, y posiblemente de las más conocidas es para aumentar artificialmente el rendimiento en una competición perjudicando claramente a la ética deportiva. Denominado “doping” fue definido por el “Comité Olímpico Internacional” (COI) como la administración o a la utilización de métodos y/o clases de drogas prohibidas. En 1965 se promulga una legislación prohibiendo el doping y fijando las modalidades de su detección y las penalidades a aplicar, no solo al consumidor sino al proveedor.

Doping

La idea de doping que más conocemos es la de sustancias estimulantes que lo que consiguen es un aumento en la actividad del sistema nervioso que a su vez ejercen su acción sobre el sistema cardiovascular y el sistema nervioso simpático (aquel que aumenta la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la frecuencia respiratoria y el tamaño de las pupilas).

Una de las sustancias más comunes en este grupo son las anfetaminas que son estimulantes psicomotores y como resultado el deportista estará más alerta y físicamente más activo.

En este grupo de drogas estimulantes también entra la cocaína, aunque su uso es mayormente por consumo propio y no por las propiedades estimulantes que pueden al realizar un deporte. La existencia de estas sustancias y su excesivo uso muestran claramente que es un problema vigente en nuestra sociedad y por ello lo vemos en todos los aspectos que nos rodean. Por desgracia la NHL no es diferente.

La existencia de estas sustancias y su excesivo uso muestran claramente que es un problema vigente en nuestra sociedad

Y no tanto quiero hablar del tema doping como tal, que es mucho más seguido –y perseguido- en el aspecto Olímpico, sino en el uso de drogas entre los jugadores. Ya no sólo entendiendo droga a aquellas que reconocemos para diversión, también muchos fármacos prescritos por médicos, y el alcohol entra en este tema.  

Casos conocidos

En los últimos años, también agravado por la situación de pandemia que hemos vivido y el aumento de problemas con respecto a la salud mental ha habido un par de casos conocidos dentro de la NHL que dan pie a hablar de este tema.

Colin Wilson, jugador retirado que vistió la camiseta de los Nashville Predators y Colorado Avalanche, escribía para The Players´ Tribune primeramente sobre su trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC), donde cuenta su “rutina” al comienzo en su carrera con Nashville donde tenía que limpiar toda la basura alrededor de la puerta de embarque hasta que quedase limpia, entrar siempre el último en el avión y por último hablar con los pilotos.

Esta rutina tan especial fue una de las cosas que hizo al Polie, GM de los Predators en el momento, a hablar con él y diagnosticarle ese trastorno que marcaría toda su carrera.

Wilson | Denverpost.com

Leer su testimonio es bastante impactante. Como cuenta su sensación de calvario cada vez que salía al hielo porque sentía que los patines nunca estaban lo suficientemente bien atados. “I’d have to stay in the locker room and tie them over and over again, as tight as I could, until my hands bled.” (Tenía que quedarme en el vestuario atándolos una y otra vez, tan fuerte como podía hasta que mis manos sangraban). Y por su TOC, y el mal control de este, comienza a contar su historia con toda la medicación que le prescribían para poder llevar una vida funcional.

Prescribir fármacos para dormir

Wilson no es el primer deportista que habla de los efectos de la medicación para dormir. Ha habido un cambio hacia jugar partidos por la noche para obtener una mayor asistencia de público y mayores índices de audiencia televisivos. Esto significa que los partidos no se completan hasta bien entrada la noche y suelen ir seguidos de sesiones de calentamiento, conferencias de prensa y viajes. Algunos jugadores informan que la adrenalina alta después de un partido nocturno puede dificultar el sueño y el descanso.

El uso rutinario de estas sustancias aumenta el peligro de adicción que puede surgir del ciclo entre el uso de “estimulantes” (como la cafeína y las bebidas energéticas. Wilson en su artículo también menciona el uso de cocaína para conseguir esta sensación y “depresores” como estas medicaciones que ayudan a dormir.

Varios entrenadores, comentaristas y administradores han advertido a los jugadores sobre los peligros de tomar grandes dosis de cafeína antes de los juegos debido a los riesgos de deshidratación y peligrosas fluctuaciones en la presión arterial cuando la cafeína se combina con medicamentos para dormir.

Y aquí no se queda la pelea de Wilson con las sustancias adictivas. En un gesto de valentía, porque no era necesario, cuenta su problema con el alcohol y las drogas, especialmente con la cocaína.

“Lo que no te cuentan sobre la cocaína, el éxtasis o cualquier droga similar, es que deshacen en segundos los problemas de la cabeza. Las sustancias químicas que nuestra mente produce cuando nos enamoramos, cuando vivimos ese momento maravilloso — la cocaína y otras drogas consiguen esa sensación inmediatamente”

Colin Wilson en The Players´ Tribune.

Lo más interesante sobre el tema es como cuenta el uso de estimulantes y depresivos para poder mantenerse al nivel que le pedía la NHL.

Es valiente su manera de contarlo. De mostrar que gente a la que mucha gente admira por conseguir un sueño que muy poca gente es capaz de vivir, también tiene que luchar contra problemas de salud mental y que también cometen fallos.

El otro caso conocido en el último año sobre deportistas con problemas de sustancias, y con un final poco feliz, es el del exjugador de los Boston Bruins, entre otros equipos, Jimmy Hayes. Que falleció en Agosto del 21 con fentanilo y cocaína en su cuerpo, como reveló la mujer y sus padres en el periódico Boston Globe.

Hayes | Boston Globe

Las muertes relacionadas con los opioides sintéticos, de los cuales el fentanilo es el principal impulsor, han aumentado considerablemente en los últimos años, y el Centro Nacional de Estadísticas de Salud informó 35,359 en 2019.

Lo más curioso de este caso es que a excepción del padre, en el artículo todo el mundo dice que no veían a Hayes como una persona a la que se le pusiese considerar como drogadicto, ya que el uso que él daba a estas sustancias era para el control del dolor producido por las lesiones de jugar en la NHL, y no tanto como consumo propio por diversión.

Hablar sobre ello nos puede quitar un estigma muy importante sobre un tema que nos concierne a todos

Estos son solo dos casos conocidos de un mundo oscuro que existe en nuestro día a día y que deberíamos ser menos tímidos al hablar sobre ello. Hablar sobre ello nos puede quitar un estigma muy importante sobre un tema que nos concierne a todos y cuando llega a las grandes esferas del deporte que parecen intocables puede hacer cambiar de actitud a esa gente que se ve positivamente influenciada por estos deportistas que tanto admiran.

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