Todos los años, como parte de sus esfuerzos por hacer crecer el deporte, la NHL juega algunos partidos fuera de Norteamérica. Este 2025, la NHL Global Series ha traído a los Nashville Predators y a los Pittsburgh Penguins a este lado del charco, en concreto, a Suecia.
Como fan de los Pittsburgh Penguins desde 2014, y más teniendo en cuenta que nunca los he visto jugar en persona, no podía dejar pasar esta oportunidad. Así, cogí a mi familia (que no sabe nada de hockey) y me planté en Estocolmo. Casi todo lo que hice tenía que ver con la Global Series, así que esta entrada no va a servir como guía turística de Estocolmo en otro momento del año, pero espero que la disfrutéis igual.
Sábado 15
Aterrizamos en Estocolmo-Arlanda a mediodía y tuvimos la suerte de que nos recogiera un amigo de mi padre y nos invitara a comer. Después, mientras mi familia se iba a Museo de ABBA, yo me quedé en el NHL Global Fan Tour, en el parque Kungsträdgården.
En una carpa, había diferentes actividades relacionadas con el hockey (un trivial, juegos de precisión con el puck, sorteos…). Si tenías suerte, podías incluso encontrarte con alguna de las mascotas o, incluso, algún jugador. Varias veces al día, venía Phil Pritchard, el guardián de la Copa, y traía a Stanley para poderte hacer una foto. Además, se podía tocar, gran cambio desde que yo la viera en el Hockey Hall of Fame en 2020, que por el COVID casi ni te podías acercar. Si vais a un evento similar, recomiendo mirar bien las horas en las que está disponible la Copa, porque se forman colas bien largas. Además de la copa, trajeron el Hart, pero he de admitir que es mucho menos emocionante.
Desde luego, la carpa es una visita indispensable si vais con niños, pero ya solo por la Copa merece la pena.
Aunque ya era noche cerrada, solo eran las 5 de la tarde, así que decidí seguir las recomendaciones de todos los jugadores suecos de la NHL y sentarme a disfrutar de Fika, la costumbre sueca se sentarse a tomar un café y un rollito (de canela, cardamomo o azafrán), relajarse y pensar en la vida, sin estrés. Fuimos a Vete-Katten, un sitio adorable. Lo más llamativo era que, dada la hora y siendo sábado, había gente haciendo Fika (con su café), gente de copas y gente cenando, todo a la vez.
Domingo 16
GAME DAY!
Todas las actividades del día giraron en torno al partido. Aunque empezaba a las 15, quería llegar antes al estadio (el Aviccii Arena, un estadio increíble al que la población local llama cariñosamente el Globen) para poder comprar cositas de los Pens y ver el calentamiento. Así que a la una estábamos los cuatro allí haciendo cola. Abrieron poco después y pudimos pasar, a pesar de un pequeño drama cuando el guardia de seguridad nos dijo que la mochila de mi madre era demasiado grande.
Se había formado una cola bastante larga para comprar merchandising, pero se movía rápido y pude hacerme con un puck conmemorativo, una camiseta de Sidney Crosby y unos imanes. Entonces, me fui a ponerme en el túnel por el que iban a salir los Pens, para verlos bien de cerca. Para todo esto, sí que había que llegar pronto. Yo me había hecho una pancarta para el calentamiento, pero resultó que aquí no te dejaban pegarte al cristal, así que nada. Y, cuando salen del túnel, casi ni te ven. Así que, recomendación: si alguien quiere que firmen algo o le regalen algo, es mejor ponerse en el túnel para cuando terminan el calentamiento, y no cuando salen.
El partido en sí fue una pasada, aunque imagino que los fans de los Preds no pensarán lo mismo. No solo hubo goles de dos de mis jugadores favoritos de toda la vida, Malkin y Crosby, sino que también tuve la oportunidad de explicarle a mi familia todo lo que iba pasando en el hielo, porque ellos no saben nada de hockey. Lo más divertido fue cuando Nashville quitó al portero para sacar un atacante extra y mi hermana flipó en colores («¡¿Cómo que se ha ido el portero?!»). Justo cuando la pobre expresaba su preocupación al ver la portería vacía, Blake Lizotte tiró a puerta y marcó un empty-netter, confirmando lo que mi hermana estaba diciendo: no es muy buena idea quitar al portero.
El estadio estaba en su gran mayoría lleno de fans de los Pens, lo que lo hizo todo todavía más divertido. Sin duda, una de las mejores experiencias de mi vida.
Al terminar el partido, fuimos a ver las estaciones de metro de Estocolmo, famosas por su decoración. Muchas estaban excavadas en la roca y algunas tenían murales o pinturas. Mi favorita fue Stadshagen, en la línea azul, que tenía murales de hockey, aunque había estaciones más impresionantes.
Lunes 17
Empezamos el día con un paseo por un bosque y un lago a las afueras de Estocolmo (todo alrededor de Estocolmo es bosque y lago). Por desgracia, aunque hacía un frío que pelaba, no era suficiente como para que el lago se hubiera congelado y pudiéramos patinar (o incluso caminar) por encima. Otra vez será…
Después seguimos la recomendación de Sidney Crosby e hicimos la parada que mi padre llevaba esperando todo el viaje: El Museo Vasa. Más allá de lo mucho que le gusta al capitán de los Penguins, no tiene mucho que ver con el hockey, pero merece muchísimo la pena la visita. Al igual que hizo Crosby con sus compañeros de equipo, no os cuento demasiado, porque merece la pena llegar allí y dejarse sorprender.
Terminamos el día con un paseo por el casco viejo, con sus callecitas empedradas y casitas de colores. En las tiendas de recuerdos había camisetas de la selección sueca de hockey, pero al final no me compré ninguna. Con una cena de tradicionales albóndigas, dimos por concluido nuestro viaje.
Otras cosas relacionadas con el hockey que se pueden hacer en Estocolmo
- Ver algún partido de la SHL, la liga sueca de hockey.
- Visitar el museo de los deportes de Suecia.
- Ir a tomar algo a un bar de hielo (vale, no es hockey, pero es HIELO).
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