La NHL está plagada de grandes estrellas pero también de jugadores que siempre cumplen y que son necesarios en equipos que buscan estar en los playoffs en los últimos meses de la temporada. Este es el caso de Quinton Byfield, un jugador que sin llegar a ser una superestrella ha sido capaz de ganarse un sitio en la mejor competición por méritos propios.
Lejos de otras historias contadas en esta sección, la crónica vital de Quinton Byfield no tiene momentos épicos o de especial superación más allá de las dificultades que entraña el acabar en la NHL. De hecho lo más llamativo son sus orígenes jamaicanos. Su padre, nacido en el país caribeño, conoció a su madre durante su estancia en la Universidad de Toronto. Se enamoraron y el padre del jugador de los Kings movió su residencia de las cálidas playas de Kingston al frío asfalto de Toronto. Y fruto de esa relación nación Quinton Byfield.
Ya desde bien pequeño, el bueno de Quinton empezó a brillar en los diferentes equipos de hockey sobre hielo de los que formó parte. Y fruto de ese buen trabajo llegó a la OHL en la temporada 2018/2019 de la mano de los Sudbury Wolves. En su primera temporada consiguió 61 puntos en 64 partidos. En la segunda, que fue interrumpida por la pandemia del Covid-19, se fue hasta los 82 puntos en 45 encuentros. Números que le valieron para entrar entre los candidatos a copar las primeras posiciones del drat 2020.
Alexis Lafreniere fue elegido por los New York Rangers como número uno de aquel draft, relegando a Quinton Byfield a la segunda plaza, cuando fue elegido por Los Ángeles Kings. En un principio fue enviado a los Ontario Reign de la AHL para las temporadas 20/21, en la que se fue hasta los 20 puntos en 32 partidos. Durante esa temporada formó línea con Akil Thomas y Devante Smith-Pelly siendo la primera línea formada por jugadores de color en el hockey profesional desde la formada por Herb Carnegie, Ossie Carnegie y Manny McIntre en los años 40 del siglo pasado.
Alexis Lafreniere fue elegido por los New York Rangers como número uno de aquel draft, relegando a Quinton Byfield a la segunda plaza
Ese mismo curso debutó en la NHL al participar en 6 encuentros con los Kings y lograr un único punto. Al inicio de la temporada 21-22 sufrió una lesión de tobillo que le privó de ganarse un puesto en la NHL y motivó su regreso a los Reign, si bien esté fue breve ya que ese mismo curso fue llamado para integrarse a la disciplina del equipo angelino en el mes de enero y acabó disputando 40 partidos en la NHL. En este periodo logró su primer gol en la mejor competición del mundo en un partido ante los Islanders.
En la temporada 22-23 logró 22 puntos en 53 encuentros con los Kings, unos números aceptables y que combinó con 15 puntos en 16 partidos con los Ontario Reign de AHL. Fue la antesala de la que ha sido, hasta la fecha, su mejor temporada en la NHL: la 22-23, cuando consiguió 55 puntos en 80 partidos. El curso pasado mantuvo unos números similares ya que tras lograr su mejor registro goleador con 23 tantos se fue hasta los 54 puntos en 81 partidos. Y así, casi sin hacer ruido, se ha convertido en uno de los jugadores habituales en los Kings. Tal vez no sea la estrella del equipo como Fiala, Kempe o Kopitar, pero si que se antoja en un jugador fundamental para que los angelinos puedan estar en la postemporada y quien sabe si ser capaz de conquistar la Stanley Cup.
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