
Al suceder a Clarence Campbell en 1977 se convirtió en el primer estadounidense que asumió la presidencia de la liga. La absorción de la liga rival WHA fue el mayor legado que dejó tras cesar su mandato en 1992, pero no sería el único punto relevante del mismo.

John Ziegler nacido en 1934 en Grosse Pointe, Michigan, sería el primer presidente de la NHL no canadiense tras los mandatos de tres hijos de la hoja de arce. También sería el primer ejecutivo puro que alcanzaría el cargo, ya que su relación con el hockey de manera profesional siempre fue en la moqueta, y es que como jugador no superó el nivel de aficionado. Licenciado en derecho, aparte de ejercer la profesión de abogado, trabajó para la propiedad de los Detroit Red Wings y como secretario del Consejo de Gobernadores de la NHL. También fue el vicesecretario de los London Lions, un equipo independiente que fue un intento del dueño de los Red Wings de la época, Bruce Norris, de crear una liga de equipos afiliados en Europa que no cuajó.

El hecho de que un estadounidense fuera elegido presidente de la liga tras el larguísimo mandato de Clarence Campbell, levantó polémica al norte de la frontera, pero era el reflejo del cambio de centro de gravedad de la liga, en la que los hombres que tenían la influencia en el mundo del hockey, se hallaban ya al sur de la frontera y no al norte.
El reto de la fusión con la WHA
Clarence Campbell pacientemente esperó para doblegar la resistencia de los propietarios de los Original Six a la ampliación de la liga, hasta que la amenaza real de una liga profesional paralela hizo su aparición. Aún así la expansión paulatina de la liga, no impidió el nacimiento de la World Hockey Association en 1972, que aprovechó la ausencia de hockey profesional en algunas grandes ciudades estadounidenses y en mercados medios canadienses (vetados por Toronto y Montreal para entrar en la NHL) para establecer sus franquicias.
Una guerra abierta entre NHL y WHA podría haber acabado con la desaparición de ambas competiciones
Ambas ligas convivieron en un principio, pero tras un lustro de funcionamiento de la WHA, la realidad marcaba que el mercado del hockey no estaba preparado para soportar la viabilidad de dos ligas de alto nivel paralelas. Ziegler, desde el principio de su mandato buscó unificación del máximo escalón del hockey profesional norteamericano, pero los diferentes choques de intereses no lo permitieron en principio, a pesar de la necesidad de una solución que se veía desde ambas partes. No todos los equipos de la WHA tenían sitio en la NHL y nadie quería quedarse fuera, pero finalmente llegó el acuerdo y en la temporada 1979-80 la NHL empezaba con cuatro nuevos miembros provenientes de la WHA: Edmonton Oilers, Hartford Whalers, Quebec Nordiques y Winnipeg Jets. Ziegler vencía en su primer gran desafío como presidente.

Impacto de su mandato
Otro de los logros que dan brillo al mandato de Ziegler es la internacionalización de la liga, los jugadores provenientes de las ligas europeas occidentales, que eran rara avis a mediados de los años 70, poco a poco empiezan a ganar presencia en las plantillas de los diferentes equipos pasando del dos al 11 por ciento al final de su mandato. Pero no solo finlandeses o suecos llegan a hacer las Américas, si no que en combinación con la apertura de la Unión Soviética, las estrellas rusas empiezan a brillar también sobre los hielos norteamericanos, estableciendo el inicio de lo que es la NHL hoy en día, la reunión de los mejores jugadores de hockey no solo de Norteamérica, si no del mundo entero.
La NHL pasó de ser la liga de élite norteamericana a la de élite mundial empezando a reunir a los mejores jugadores del mundo.
Otro de los puntos determinantes de su mandato es la aparición del casco como parte obligatoria de la equipación de los jugadores. Todo jugador que entrara en la liga a partir de la temporada 1979-80 debería usarlo de manera obligatoria, eso sí, para todos aquellos jugadores que hubiesen firmado sus contratos con anterioridad a esa temporada podrían no llevarlo siempre que firmaran una cláusula de renuncia por los daños que pudieran sufrir por ello.
Una salida forzada
A pesar de todos sus logros, Ziegler acabó encontrándose con tres asuntos que acabarían forzando su salida de la cabeza de la liga. El primero de ellos fue la querella que presentó el legendario Bobby Orr junto a otros jugadores retirados contra la NHL en la que acusaban a esta de malversar el dinero del fondo de pensiones de los jugadores ya que según su acusación, este se empleaba para pagar prestaciones a jugadores en activo, fuera del propósito del mismo. También expresaban su disgusto por la escasa cuantía del fondo que tras años de funcionamiento, apenas superaba los 30 millones de dólares frente a los más de 400 que acumulaba el de la liga de béisbol creado el mismo año. Los tribunales acabaron dando la razón a los demandantes en perjuicio de la NHL.
Por si fuera poco, en el verano de 1991 caducaba el convenio colectivo, a pesar de todo la temporada 1991-92 comenzó a la espera de que las negociaciones entre patronal y sindicato consiguieran establecer el nuevo marco de relación entre las partes.
Pero las posturas de inicio ya eran lejanas como para alcanzar de manera fácil el término medio y acabaron enquistándose y provocaron la primera huelga de la historia de la NHL, diez días de paro del 1 al 10 de abril, fechas coincidentes con el fin de la temporada regular y el inicio de los playoff, y volvieron a torcer la mano de la NHL que acabó firmando un acuerdo puente para la temporada en curso y la siguiente. Los propietarios contra la pared al ver la liga paralizada en el momento en que se hacían los mayores ingresos del año se sintieron forzados y perdedores del acuerdo e hicieron responsable a Ziegler del mismo.
Perder el pulso con los jugadores en la primera huelga que enfrentaba la liga y la falta de un acuerdo televisivo a nivel nacional estadounidense sellaron su destino como presidente de la NHL
El último clavo en el ataúd de la presidencia de Ziegler fue la incapacidad del mismo para alcanzar un acuerdo televisivo nacional para los Estados Unidos, algo que a pesar de la expansión sostenida de la liga por el país de las barras y estrellas, no terminaba de alcanzarse, y que ya era condición indispensable para la viabilidad de la liga en general y de las franquicias estadounidenses en particular, ya que los equipos canadienses contaban con generosos ingresos por sus derechos televisivos desde hacía años.

Dos semanas después de entregarse la Stanley Cup, el 13 de junio de 1992, los propietarios forzaron la dimisión de Ziegler, que se mantendría en el cargo hasta el 30 de septiembre, dejando atrás 15 años de servicio saliendo por la puerta de atrás, dejando un mal sabor de boca en el momento, pero el paso del tiempo ha servido para poner en valor su trabajo como máximo mandatario de la liga.
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