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Historia

Hockey y televisión, amor a segunda vista

Hoy día no se concibe la NHL sin cobertura televisiva, pero hasta que se llegó a ese punto, hubo gente en las altas esferas de la liga que no veían claro ese paso.

El progreso trajo el tiempo libre, y con el tiempo libre llegó el deporte, y con el deporte llegaron las personas que lo practicaban y en mayor número los que veían a los que lo hacían y querían saber lo que ocurría en los campos de juego.

Los periódicos que eran el medio de información disponible en la época de los pìoneros de la competición deportiva, informaron primero de los resultados y con el paso del tiempo aparecieron los primeros análisis que pasaban de los simples números del marcador a los entresijos del evento, los periodistas corrían a los telégrafos y primeros teléfonos de la época para que sus palabras quedaran impresas en la primera edición disponible.

Las competiciones deportivas generaron desde su origen, la atención de muchas personas que pedían a la prensa noticias de los campos de juego

La llegada de la radio significó un gran paso adelante para la difusión del hockey, ya no hacía falta esperar a la siguiente edición del periódico para saber que había ocurrido en el estadio ni estar en la ciudad para tener acceso inmediato a la prensa, con la cada vez mayor potencia de las emisoras, incluso en medio de las grandes extensiones norteamericanas, ya fueran estadounidenses o canadienses, llegaban en directo los pormenores de las gestas de esos gladiadores renacidos en la edad moderna, que podían luchar sin espada, pero empeñaban todo lo que tenían en sus duelos para disfrute del público que los seguía, por no hablar de que facilitaba otro entretenimiento paralelo, las apuestas deportivas.

La televisión llama a la puerta

Así llegaron los años 30 del siglo XX con una perfecta colaboración entre medios de comunicación y ligas deportivas profesionales que favorecían la prosperidad de ambas partes. Pero llegaba un nuevo medio que anticipaba una revolución porque permitía al fin ver con sus propios ojos lo que antes otros les contaban, la televisión empezaba sus primeras emisiones.

Primeras retransmisiones de los Rangers | CBC

Obviando las emisiones experimentales en Nueva York y Los Ángeles en 1938 y 1946 respectivamente, el hockey no llegaría de una manera regular a las pantallas hasta 1947 cuando los Rangers empezaron a emitir sus partidos.

En principio este hecho circunscrito solo a la Gran Manzana por las todavía escasas posibilidades del nuevo medio no dejó de ser una novedad local que solo afectaba a la ciudad que representaba la vanguardia comercial y tecnológica de los Estados Unidos. Pero poco a poco la televisión maduraba e iba llegando a cada vez más puntos de Norteamérica, y cada una de las restantes franquicias iban alcanzando la posibilidad de apuntarse al carro en el que ya montaban alegremente los «blueshirts» aunque hubo personas que no compartían esa idea con mucho entusiasmo, y no eran simples aficionados.

La NHL se resiste al principio

Y es que uno de los opositores principales era el mismísimo presidente de la liga, Clarence Campbell, que en la edición del 9 de marzo de 1949 de la histórica revista The Hockey News acusó al nuevo medio televisivo de ser una amenaza cierta para el hockey y que dejaría a los aficionados en casa alejados de los estadios. También creía que las limitaciones de campo de visión no harían posible el apreciar el juego y las constantes idas y venidas que son la seña de identidad de este deporte y que lo hacen tan atractivo.

La idea del hockey televisado puso en bandos enfrentados a dos titanes como Clarence Campbell y Conn Smythe

Pero no menos poderoso era el valedor de la parte contraria, nada más y nada menos que Conn Smythe, propietario y gerente general de los Toronto Maple Leafs que en 1952 con la televisión canadiense ya en condiciones de emitir regularmente, veía al nuevo medio como una plataforma excelente para vender el deporte.

Las cámaras tuvieron que ganarse su sitio en los pabellones | CBC

Aún así Smythe no era del tipo de personas que se lanzan a la piscina sin comprobar que el agua les espera después del salto, y en esa primera temporada de hockey televisado firmó un precio simbólico de cien dólares por cada partido transmitido desde el Maple Leaf Gardens, un contrato que permitía sin riesgo para ninguna de las dos partes tomar contacto. Adicionalmente intentando prevenir una bajada de asistencia a consecuencia de las transmisiones, estas no podían salir al aire hasta que transcurriera una hora desde el comienzo del partido, por lo que los espectadores desde el salón de casa, no se unían al juego hasta iniciado el segundo periodo.

Primera transmisión del HNiC

Con estas condiciones continuó la relación entre hockey y televisión hasta 1968, año en el que por fin, se empezaron a emitir los partidos de manera integra en Canadá, aunque solo se permitía un partido por semana. En los Estados Unidos la falta de arraigo en todo el país dificultaba los contratos a nivel nacional siendo las emisoras locales las que llevaban el peso de las retransmisiones .

Los aficionados más apasionados no renunciaron al hockey en el estadio disipando los temores del presidente de la NHL al nuevo medio

Con el paso del tiempo, se selló al fin la relación que llega hasta hoy día entre hockey y televisión, dejando atrás todos los miedos y dudas, empezando a tasarse los derechos televisivos en cifras cada vez mayores, primero en Canadá y posteriormente en Estados Unidos, ya que en el país de las barras estrellas el hockey, tuvo que salir primero del nicho regional inicial para tras varios periodos de expansión convertirse en objeto de interés de este a oeste.

Retransmisión de hockey en los 80 | ABC

Hoy día unos 6.800 millones de euros aseguran al grupo de comunicación Rogers los derechos televisivos de la NHL para Canadá en un contrato por 12 años que va de 2026 a 2038. En Estados Unidos estamos en el cuarto año de un contrato que finaliza en 2028 y que supone un desembolso para ESPN/ABC y TNT Sports de 4.000 millones de euros convirtiendo en ambos lados del paralelo 49 a la televisión en uno de los puntales que sostienen al hockey del siglo XXI.

Este no es el fin de la historia, internet ha traído la posibilidad de la retransmisión global, y allá donde llegue la red, llega el hockey y con pabellones más llenos que nunca, y dejándonos a la espera de nuevas formas de disfrutar del deporte que nos traerán las tecnologías que sin duda llegarán.

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