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NHL

El eterno debate sobre la Stanley Cup y el formato de la NHL

Cuando vemos cada año a un jugador levantar la Stanley Cup y besarla como si fuese el mayor tesoro de la historia, es imposible no pensar «toda una temporada de sangre, sudor y lagrimas -y quizás algún diente por el hielo- para conseguir este trofeo«.

Y es por todo este camino tan tortuoso y largo que hace a la Stanley Cup tan increíble. Porque no hay segundas oportunidades ni copitas secundarias que puedan quitarte el mal sabor de boca.

O levantas la Stanley Cup o te vas a pescar y jugar al golf antes de junio

Pero eso nos deja una duda interesante: ¿sería tan malo si el hockey tuviera más de un trofeo en juego, como en el fútbol europeo? ¿O se perdería parte de esa mística que hace tan especial ganar la copa?

La magia de tener solo una copa

La grandeza de esta liga está justamente en eso: solo hay una meta. La Stanley Cup no es solo un trofeo, es El Trofeo. Todo el mundo mira en la misma dirección y eso da una identidad muy clara la NHL. Esa exclusividad potencia el prestigio. Levantar la Stanley no es solo ganar un campeonato, es escribir tu nombre en una reliquia que viaja por el mundo y que pasa de manos en manos de campeones.

Stone levantando la Stanley | CBS

Desde el punto de vista comercial, concentrar toda la atención en un solo trofeo funciona muy bien. La narrativa de la temporada es simple, directa y poderosa. Todos los ojos van hacia el mismo objetivo y es muy sencillo de entender. Hay una solo ganador.

¿Y si se repartiesen más trofeos?

El lado positivo de tener un solo trofeo, también es el lado negativo de la misma idea. El tener esa exclusividad en la victoria, esa idea de que sólo un equipo termina feliz, hace que la sensación de quedarse con las manos vacías para el resto de equipos sea muy poderosa. Duele mucho perder la oportunidad de ganar la SC, o que se lo pregunten recientemente a Edmonton, por ejemplo.

Por eso mismo, y porque como sociedad nos gusta comparar cosas todo el rato, en Europa vemos que es posible que varios equipos alcen trofeos a final de temporada y la alegría se reparta entre varias aficiones. Cojamos el caso de España, dónde aparte del ganador de la La Liga, tenemos al ganador de la Copa del Rey, sigue siendo un trofeo que se celebra porque nunca es fácil llegar a una final.

McDavid abatido tras no ganar la copa | ESPN

No es difícil pensar que se podría hacer un torneo paralelo tipo «NHL Cup» de eliminación directa durante la temporada regular. O como ya ha empezado a hacer la NBA, una copa relámpago en invierno con partidos a vida o muerte. Se podría unir con la idea de los Winter Classic y jugar esas semifinales y final al aire libre, dando un nuevo aire a la liga sin perder los valores de siempre.

El problema

La Stanley Cup en toda su esplendor | NHL

El gran problema es el miedo al cambio. Cuesta mucho meter nuevas ideas dentro del deporte porque los fans se aferran mucho a la idea de «esto siempre ha sido así y ha funcionado». Que los fans abracen la idea del cambio a veces es lo más complicado, ya se vio en 2016 cuando se creo la World Cup of Hockey, por mucho que funcionase, no se ha vuelto a repetir con ese mismo formato.

Tampoco ayuda que la temporada de la NHL tal y como está, con 82 partidos de temporada regular más los playoffs, sin contar todas las distancias que hay que recorrer en el continente Norteamericano, no ayudan nada a meter una nueva competición donde se aumentarían todos estos números. Ya no sólo es el tiempo o el espacio de dónde hacerlo, hay que pensar que el hockey es un deporte muy físico y que los deportistas se verían afectados por este aumento de partidos. Más cansados, más lesiones… Aumentaría la cantidad de hockey, pero quizás la calidad sí que se vería afectada.

Levantar la Stanley no es solo ganar un campeonato, es escribir tu nombre en una reliquia que viaja por el mundo

En conclusión, tener una sola copa convierte cada temporada en una especie de epopeya: un viaje larguísimo en el que solo uno llega al final feliz. Eso tiene un encanto brutal, pero también deja un vacío para los demás. Quizás la solución para empezar a cambiar esto, es incluir un minitorneo y a partir de ahí ver hacia donde se puede ir.

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