La NHL, como el resto de grandes ligas americanas, está experimentando un gran descenso (un 9%) en cuanto a la presencia de aficionados en las gradas de los respectivos pabellones entre la actual campaña y la última sin la pandemia por el medio, pero sin ninguna duda, nada comparado con la situación vivida en la franquicia de los Buffalo Sabres.
Varios son los motivos para dicho descenso de espectadores en los partidos de los Sabres, pasando desde una mala gestión deportiva del equipo que se viene arrastrando de forma continuada, hasta una situación geográfica compleja cerca de la frontera entre los Estados Unidos y Canadá. Dificultades que se han visto aumentadas después de comprobar como la asistencia media de aficionados decrecía alrededor de las 10,000 personas en relación con el anterior curso con público, dejando unas cifras muy paupérrimas y nada dignas para una franquicia de hockey profesional.
Asistencia media histórica de los Buffalo Sabres
Los Sabres llevan más de cincuenta años jugando en la NHL, empezaron su andadura en el Buffalo Memorial Auditorium, el cuál tenía una aforamiento para el hockey de poco más de 10,000 personas, aunque tras la primera temporada se expandiría hasta los 15,360 asientos para acabar llegando a las 16,433 localidades en sus últimos años en activo. En 1996, la franquicia se mudaría al actual pabellón (KeyBank Center), empezando con un aforo de 18,595 hasta las 19,070 butacas actuales; cifra que refleja a modo simbólico el año (1970) en que los Sabres entraron a la liga.
El porcentaje de entradas vendidas durante toda la historia de los Sabres supera en la mayoría de temporadas el 90/95%
Durante todas estas cinco décadas, Buffalo ha mantenido una media, salvo en contadas ocasiones, de las más altas de la liga, tanto en número espectadores como en porcentaje de entradas vendidas. Desde la campaña 2006/07, se había mantenido por encima de los 17,000 espectadores de media, con la mayoría de años por encima de los 18,000; entre estos curso algunos de realmente malos a nivel deportivo. Todo esto determina que la cifra actual, alrededor de los 9,000 espectadores de media, es más una anomalía determinada por varios factores que han convergido en la misma temporada, creando un efecto más negativo de lo que realmente es.
| Temporada | Media espectadores | Registro |
| 1970/71 | 9,761 | 24-39-15 |
| 1971/72 | 15,324 | 16-43-19 |
| 1972/73 | 15,632 | 37-27-14 |
| 1973/74 | 15,668 | 32-34-12 |
| 1974/75 | 15,668 | 49-16-15 |
| 1975/76 | 16,443 | 46-21-13 |
| 1976/77 | 16,443 | 48-24-8 |
| 1977/78 | 16,433 | 44-19-17 |
| 1978/79 | 16,433 | 36-28-16 |
| 1979/80 | 16,433 | 47-17-16 |
| 1980/81 | 16,408 | 39-20-21 |
| 1981/82 | 15,585 | 39-26-15 |
| 1982/83 | 12,894 | 38-29-13 |
| 1983/84 | 14,164 | 48-25-7 |
| 1984/85 | 15,336 | 38-28-14 |
| 1985/86 | 14,691 | 37-37-6 |
| 1986/87 | 13,181 | 28-44-8 |
| 1987/88 | 14,277 | 37-32-11 |
| 1988/89 | 14,316 | 38-35-7 |
| 1989/90 | 15,867 | 45-27-8 |
| 1990/91 | 15,654 | 31-30-19 |
| 1991/92 | 15,392 | 31-37-12 |
| 1992/93 | 14,981 | 38-36-10 |
| 1993/94 | 14,602 | 43-32-9 |
| 1994/95 | 15,052 | 22-19-7 |
| 1995/96 | 13,738 | 33-42-7 |
| 1996/97 | 16,911 | 40-30-12 |
| 1997/98 | 15,634 | 36-29-17 |
| 1998/99 | 17,982 | 37-28-17 |
| 1999/00 | 17,955 | 35-32-11 |
| 2000/01 | 17,839 | 46-30-5 |
| 2001/02 | 17,206 | 35-35-11 |
| 2002/03 | 13,776 | 27-37-10 |
| 2003/04 | 15,290 | 37-34-7 |
| 2004/05 | Se canceló la temporada | – |
| 2005/06 | 16,886 | 52-24-6 |
| 2006/07 | 18,690 | 53-22-7 |
| 2007/08 | 19,950 | 39-31-12 |
| 2008/09 | 18,531 | 41-31-9 |
| 2009/10 | 18,529 | 45-27-10 |
| 2010/11 | 18,452 | 43-29-10 |
| 2011/12 | 18,550 | 39-32-11 |
| 2012/13 | 18,970 | 21-21-6 |
| 2013/14 | 18,580 | 21-51-10 |
| 2014/15 | 18,581 | 23-58-8 |
| 2015/16 | 18,541 | 35-36-11 |
| 2016/17 | 18,592 | 33-37-12 |
| 2017/18 | 18,564 | 25-45-12 |
| 2018/19 | 17,908 | 33-39-10 |
| 2019/20 | 17,167 | 30-31-8 |
| 2020/21 | Se jugó sin público | 15-34-7 |
| 2021/22 | 8,206 | En juego |
Motivos para tal descalabro
Tres han sido los factores que seguramente han empujado a la gente a no acudir al KeyBank Center.
- Situación deportiva e institucional enrarecida en la franquicia
- Frontera entre Canadá y EEUU cerrada hasta principios de noviembre
- Requisitos para entrar al pabellón
El curso 2011/12 fue el último con un balance positivo en relación a victorias y derrotas, el equipo lleva casi una década sin clasificarse para la postemporada, todo esto unido a una mala gestión deportiva, la cuál desembocó en la marcha de su gran estrella y ex capitán, Jack Eichel, ha ido mermando las ganas de ir a ver en directo al equipo cuando juega de local.
El hockey es toda una religión en Canadá, y Buffalo se encuentra a escasos minutos del país de la hoja de arce, convirtiéndose en un buen destino para aficionados canadienses que buscan un lugar cercano donde poder disfrutar de la NHL sin los costes económicos y dificultades para encontrar un lugar libre en Toronto para ver a los Leafs. Estos fans de los Sabres, no han podido cruzar la frontera con destino al sur hasta hace bien poco, muchos de ellos parece que siguen sin ver la situación demasiada clara, dejando un vacío importante en las gradas.
También los requisitos para entrar al pabellón, sea mediante un test rápido o PCR negativo juntamente con el certificado de vacunación, han ido alejando a la gente que no cumplía con dicha normativa. No es ningún secreto que el porcentaje de vacunación con la pauta completa en Estados Unidos está por debajo del 60% de la población con edad mínima para recibir una dosis, juntamente con un recelo entendible por parte de otro sector de la población a acudir a grandes eventos dada la situación epidemiológica, han mermado también a muchos potenciales espectadores el acudir a las graderías del KeyBank Center.
Malos números pero reversibles
En definitiva, la ciudad de Buffalo y sus alrededores, han sido siempre un mercado prospero para la NHL y el hockey en general, no en vano fue escenario del primer Winter Classic. El hockey hielo es un deporte extremadamente popular en la zona, los partidos de los Sabres consiguen muy buenas audiencias televisivas a nivel local, y casi siempre han mantenido unas cifras de asistencia media de espectadores a los partidos muy buena, juntamente con el flujo de aficionados que bajan a los choques desde el norte de la frontera.
Este año han convergido varios factores negativos que han desembocado en una asistencia media horrorosa pero entendible si se lee entre líneas, por eso cabe esperar que una vez la situación en la frontera coja el ritmo de desplazamientos habitual, los porcentajes de vacunación aumenten y sobre todo la gestión deportiva mejore (incluyendo la percepción de inestabilidad en la franquicia), los números deberían volver a su cauce normal sin demasiado esfuerzo; al menos viendo los gráficos históricos así lo indican. Y como reza la frase: Buffalo era, es, y seguirá siendo una Hockeytown.
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